Como toda estación tiene su encanto.
El frío comienza
a cubrir cual manto de novia,
montañas y prados
con esa blancura de lirio,
sus copos son como el Maná
que un día nos dió alimento,
convertidos más tarde
en cascadas de plata
que produce el deshielo.
Me dejo deslizar
por esas laderas
cual pájaro sin alas
dejando una estela.
Carmen Zabálburu
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