Puedo hacer con mi cuerpo lo que quiero.
Primera premisa que podemos rebatir.
Los límites de nuestros actos están frente a los derechos de los demás.
Para los creyentes el cuerpo es un medio para conseguir un fin.
Dios nos ha creado en un acto de amor. A imagen suya hemos sido creados.
Creados para la vida y no para la muerte.
Con mi cuerpo hago lo que debo, dar vida.
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