domingo, 17 de abril de 2011

Se termina la Cuaresma

Allí en Palestina, hace dos mil años,
se encendió una luz.
Un hombre, Jesús, empezó a anunciar
una nueva forma de vivir
,
hecha de amor, de entrega personal,
de confianza plena en Dios.
Y, en nombre de este Dios,
a quien él llamaba Padre,
curó enfermos,
levantó espíritus abatidos,
proclamó una nueva esperanza
para los pobres.
Y por eso,
porque transformaba demasiadas cosas,
porque quería un mundo
totalmente renovado,
lo mataron en el suplicio
ignominioso de la cruz.


Nosotros, cada año,
en estos días de Semana Santa,
recordamos y contemplamos
a este Jesús torturado y muerto.
Y, llenos de fe,
afirmamos que Dios lo ha resucitado,
y lo reconocemos
como luz que ilumina toda oscuridad.
llenos de fe,
afirmamos que Jesús es el Hijo de Dios,
Dios presente entre nosotros,
y queremos seguirle de todo corazón.
Porque su camino
es el camino de la vida.


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