martes, 5 de enero de 2010

La pena


La pena que la tierra soportaba,

a causa del pecado, se ha trocado

en el canto que brota jubiloso,

en labios de María pronunciado.


El sí de las promesas ha llegado,

la alianza se cumple, poderosa,

el Verbo eterno baja de los cielos,

con nuestra débil carne se desposa.


¡ Oh misterio que sólo la fe alcanza!,

María es nuevo templo de la gloria,

rocío matinal, nube que pasa,

luz nueva en su presencia misteriosa.


A Dios sea la gloria eternamente,

y al Hijo suyo amado, Jesucristo,

el que quiso nacer para nosotros

para darnos su Espíritu divino. Amén.


L.H.

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