viernes, 1 de junio de 2007

merece la pena vivir!


Mientras haya en el mundo mujeres y hombres atentos al Espíritu y abiertos a Dios, será posible seguir esperando...
Los hombres del Espíritu allí donde se encuentran irradian energía interior...No viven de las apariencias. SU VIDA NACE DE LO MÁS HONDO DE SU SER.
Tienen defectos y limitaciones. No están inmunizados contra el pecado...
Dios es el centro y la fuente que unifica sus deseos, palabras y decisiones...
Cuando estamos junto a ellos es fácil percibir la falta de unidad interior, el vacío y la superficialidad de nuestras vidas.
Son fuente de luz y de vida. Su influencia es oculta y misteriosa.Viven en comunión con personas a las que jamás han visto. Aman con ternura y compasión a gentes que no conocen. Dios les hace vivir en unión profunda con la creación entera.
En medio de una sociedad materialista y superficial que tanto descalifica y maltrata los valores del espíritu, estas personas nos recuerdan el anhelo más grande del corazón humano y la Fuente última donde se apaga toda sed : DIOS

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