Hablaba lo justo y todo su afán era hacerme un regalo...
A mí, me parecía excesivo, pero él insistía...
Su hija me comunicó que le agradaba hacer regalos con la gente que pasaba por su casa.
El regalo era un cuadro en que se veían unos bueyes arrastrando unas priedras en un concurso de arrastre, típico del País Vasco. A mí me parecía demasiado grande...y le propuse cambiarlo por otro más pequeño que colgaba en la pared de su habitación. Él accedió con gusto y me dejó elegir entre muchos que colgaban en su pared...
Cogí un paisaje marino donde aparecían unos barcos amarrados a un puerto...
Hablamos de los diversos cuadros y de su autor...todos eran suyos.Nadie le había "enseñado" a pintarlos...me quedé impresionado.
José Marí fue un hombre que se "esforzó" en aprender lo que le gustaba y tuvo que luchar por aprender y desarrollar un hobby ,que cuesta tiempo y dinero.
Desde estas líneas quiero agradecer a José Mari su regalo, pero sobretodo su gran lección:
"que más consigue el que quiere que el que puede".
Espero que en el Cielo sigas "pintando" ese planeta azul que tanto le apasionaba.
Gracias, José Mari!
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