Nos levantamos sin mucha prisa. No había que prepara la comida. Maite y Kepa nos habían invitado a comer en el Caserío.
Luis, Sarai, Aroa, Leo, Rubén, Jacqueline, Samuel, Kathe, Aingeru, Elías, la Abuela Rosita, Maite, Kepa, Mila y yo.
La comida fue exquisita y muy bien preparada.Aroa se portó muy bien.
Rubén y Jacqueline tenían que volver a Terrassa. Salieron después de comer, en su coche negro y cargado de ilusiones.Los demás comensales seguimos de tertulia, sin agobios de tiempo.La abuela supo estar, sin insistir demasiado a la hora de volver a su casa. Hacia las 19 horas llevamos a la abuelita a su casa.
Elías se fue con Samuel y Kathe a su casa, a compartir unos días.